Quería producir un vino del Priorat que fuera el fiel reflejo del terroir y de la mineralidad tan particular de esta zona y así, conseguir la frescura que muchas veces falta en la región. Un vino que es una belleza, un vino sencillo a la par que elegante.
Las uvas han sido cuidadosamente seleccionadas y se han cultivado en viñedos situados en terrazas muy inclinadas, con la exposición adecuada a la luz del sol para llegar al punto de madurez óptimo.
En bodega, realizamos una extracción suave y el vino madura parcialmente en barrica para aportar estabilidad y complejidad sin perder la frescura de su carácter frutal.